Vale la pena
¿Qué daría una persona a cambio de un iPad? ¡Un muchacho de 17 años dio un riñón! Al parecer, no tenía suficiente dinero para comprarlo, pero lo deseaba tanto que estuvo dispuesto a arriesgarse a una cirugía.
Escolta en el valle
He oído personas que dicen: «No tengo miedo de morir porque sé que voy al cielo; ¡lo que me aterroriza es el proceso hasta llegar a la muerte!». Sí, como creyentes, anhelamos ir al cielo, pero quizá tengamos miedo de morir. Admitir esto no debe avergonzarnos. Es natural tenerle miedo al dolor que acompaña a la muerte, a separarnos de los seres amados, al posible empobrecimiento de nuestra familia y al remordimiento por las oportunidades terrenales perdidas.
Fe con obras
Debido a su artritis, Roger no pudo soportar más los inviernos de Illinois, en Estados Unidos, y se mudó a la tropical Bangkok, en Tailandia. Un día, recordó la canción favorita de su abuela, «Lo que eres»: Lo que eres habla tan fuerte que no puedo oír lo que dices. La gente mira cómo andas, no escucha lo que dices; te juzgan por tus acciones cotidianas.
¿Quién está detrás?
En un espectáculo cultural en Bandung, Indonesia, disfrutamos de la interpretación de una orquesta maravillosa. Antes del final, a cada una de las 200 personas de la audiencia se le entregó un angklung, un instrumento musical hecho de bambú. Nos enseñaron cómo sacudirlo siguiendo el ritmo que indicaba el director. Al poco tiempo, pensábamos que estábamos tocando como una orquesta; ¡nos sentíamos tan orgullosos de lo bien que lo hacíamos! Pero después, me di cuenta de que no éramos nosotros los buenos, sino que todo era mérito del director.
Creaciones maravillosas
Cuando era niño, una persona cercana a mí pensaba que podía motivarme a que hiciera mejor las cosas preguntándome con frecuencia: «¿Por qué eres tan estúpido?». No sabía cuánto me había afectado eso hasta que llegué a mi adolescencia y oí que alguien detrás de mí dijo: «¡Estúpido!». Al oír esa palabra, me di vuelta rápidamente porque pensé que me hablaba a mí.
«Primero yo»
Una vez, un hombre me preguntó: «¿Cuál es tu mayor problema?». Le contesté: «A mi mayor problema lo veo todos los días en el espejo». Me refiero a esos deseos de «primero yo» que merodean en mi corazón.
No entristecer al Espíritu
Si el dinero te desapareciera misteriosamente de la billetera, te enojarías. Pero si descubrieras que el que te lo robó fue tu hijo, tu enojo se convertiría de inmediato en tristeza. Un uso de la palabra tristeza describe el dolor que sentimos cuando aquellos que nos aman nos decepcionan.
Historias de dos palos
La sabiduría popular cuestiona cuánto puede lograrse con poco. Tendemos a creer que puede hacerse mucho más si contamos con mayores recursos financieros, mano de obra talentosa e ideas innovadoras. Pero a Dios, estas cosas no le importan. Considera solo un par de ejemplos:
Cristo vive en nosotros
El triatlón Ironman [Hombre de hierro] consiste en nadar casi 4 km, recorrer 180 km en bicicleta y correr 42 km. Es una hazaña difícil de completar para cualquiera. Sin embargo, Dick Hoyt participó en la competición y la terminó acompañado de su hijo Rick que es físicamente minusválido. Mientras nadaba, arrastraba a Rick en un pequeño bote; en la bicicleta, este iba sentado delante de su padre; y durante la carrera, Dick lo empujaba en una silla de ruedas. Rick dependía de su padre para terminar la carrera, ya que no podía hacerlo solo.
Enfrentar el miedo
Una madre le pidió a su hijo de cinco años que fuera a la despensa a buscar una lata de sopa de tomate, pero él se negó y protestó, diciendo: «Está oscuro». La mamá le aseguró a Juancito: «Está bien. No tengas miedo. Jesús está ahí». Entonces, el niño abrió la puerta lentamente y viendo la oscuridad, gritó: «Jesús, ¿podrías alcanzarme una lata de sopa de tomate?».